Su origen se remonta al principio de los tiempos. Son aguas de lluvia que se filtran en el suelo y durante años viajan entre las rocas del subsuelo enriqueciéndose con minerales de la tierra. La temperatura a la que manan depende de lo profundo que sea ese camino.
No hay dos iguales y sus beneficios dependen de los minerales que se les unan durante ese filtrado: selenio (cicatrizante y antiinflamatorio), silicio y magnesio (regenerantes celulares al estimular la renovación epidérmica), hierro (oxigenante celular), manganeso (antioxidante), calcio (protector tisular). Cuando no tenemos una zona de manantial cerca, nos tenemos que conformar con los pulverizadores (el único formato que ni se contamina ni se degrada con el tiempo).
Lo cierto es que las aguas termales que habitualmente se encuentran en una farmacia alivian afecciones ligeras de la piel. Y son idóneas para pieles sensibles, atópicas o con tendencia a las reacciones alérgicas, ya que, salvo contadas excepciones, no incomodan a la dermis. “Su composición es 100% agua termal. Se envasa directamente de la fuente en condiciones de esterilidad. Antes de salir, se protege con un recubrimiento de plástico que asegura que nadie lo va a usar hasta que el usuario llegue a su casa y desprecinte el pulverizador”. Desde Uriage, una de las marcas con las que trabajamos en las farmacias SANIFARMA que cuenta con un agua termal muy reconocida, destacan que “su composición isotónica respeta la integridad de las células de la piel por lo que podría compararse con un suero fisiológico”. Otra ventaja es que “no interfiere con otros medicamentos, ni tiene efectos secundarios. Además se puede utilizar a demanda, tantas veces como sea necesario para calmar y desensibilizar nuestra piel. Y son aptas para zonas tan sensibles como los párpados de los ojos, o para la piel de los bebés y niños pequeños”
Pero… ¿para qué más sirve el agua termal?
1. Hidratación
Una aplicación de agua termal evita que la piel pierda su elasticidad natural y le ayuda a evitar el envejecimiento prematuro, al hidratarla adecuadamente. Además de funcionar en aviones evitando la deshidratación que provocas cuando viajas, para devolver esa humedad, también sirve para oficinas resecas por la calefacción o el aire acondicionado, viajes a lugares desérticos, etc.
2. Picaduras de insectos o medusas
Mitiga el picor y reduce la hinchazón. Cuanto más calcio tengan, más inhibirán la liberación de histamina de los mastocitos (los responsables de las alergias y los procesos inflamatorios). En playas con bancos de medusas deberían ser equipaje casi obligatorio para los bañistas.
3. Cicatrización
Zinc, cobre y selenio activan la síntesis de colágeno y elastina y reducen el tiempo de curación de heridas superficiales. Una compresa empapada en agua termal puesta sobre una rozadura la reduce notablemente.
4. Alivio de sarpullidos infantiles
Es frecuente que el sudor en verano cause sarpullidos en la piel de los bebés y los niños, el cuello o en los pliegues.
5. Antienvejecimiento prematuro
El manganeso y el magnesio activan la superoxidismutasa que protege las membranas celulares de la oxidación causada por los radicales libres que se vuelven locos bajo la radiación solar.
6. Tras la depilación, el afeitado o los peelings químicos
Son agresiones que dejan la piel enrojecida y sensibilizada. Una pulverización estabiliza el pH, ayuda a la regeneración y elimina esa incómoda sensación de quemazón.
7. Después del gimnasio
Un rostro congestionado y rojo tras hacer deporte puede resultar incómodo si a continuación hay que regresar al trabajo. Su función aquí es devolver el tono normal y, de paso, recargar los minerales perdidos por la transpiración.
8. Quemaduras solares
El proceso es igual que con las rozaduras. Además, su frescor ya de por sí alivia. “Se puede guardar en la nevera, lo que aumentará esa sensación”.
9. Maquillar y desmaquillar
Tras el maquillaje, una bruma ayuda a fijar los productos y mantiene la piel hidratada por más tiempo. Por la noche, sus minerales ayudan a la regeneración de la piel.
10. Efecto filmógeno
O lo que es lo mismo, que forma una película semipermeable sobre la piel que mejora la retención del agua y deja un aspecto aterciopelado.