En la campaña de 2016 se hace hincapié en la necesidad de la inmunización de los adolescentes y los adultos durante toda su vida, y se llama la atención del mundo sobre la importancia capital de dar acceso a las vacunas a las personas vulnerables que viven en lugares donde hay conflictos o sufren las consecuencias de situaciones de emergencia.
Desde el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, insisten en que la vacunación “es la mejor herramienta para prevenir algunas enfermedades infecciosas y es una de las medidas de salud pública que más vidas ha salvado a lo largo de la historia”. Porque, insisten, la vacunación es tan importante para nuestra salud como una dieta equilibrada o el ejercicio físico.
Mediante la vacunación se ha conseguido erradicar la viruela. Estamos cerca de la erradicación de la poliomielitis en el mundo, de la eliminación del sarampión y se están controlando otras enfermedades como tosferina, meningitis bacterianas y hepatitis B.
Las autoridades sanitarias insisten en que si disminuyen las personas vacunadas en una población, algunas enfermedades que ahora raramente se ven porque están controladas (por ejemplo, poliomielitis, difteria, sarampión o rubéola), podrían reaparecer en forma de brotes o epidemias.
Respecto a las reticencias de algunos padres en cuestiones relacionadas con la seguridad de las vacunas desde el Ministerio de Sanidad recuerdan que las vacunas tienen unos controles de calidad y seguridad más rigurosos que el resto de los medicamentos. “Las molestias o efectos no deseados que pueden aparecer tras la vacunación –señalan- suelen ser leves y, salvo escasísimas excepciones, siempre es más perjudicial padecer la enfermedad que se previene”.
Desde el Ministerio de Sanidad nos invitan a aprovechar cualquier visita al centro de salud para preguntar si se está o no vacunado o solicitar información adicional a tu médico o a tu farmacéutico.
La Organización Mundial de la Salud ha elaborado una serie de preguntas y respuestas dirigidas a destapar algunos falsos mitos en torno a la vacunación. Como por ejemplo, la falsa creencia que asegura que las mejores condiciones de higiene y saneamiento harán desaparecer las enfermedades sin necesidad de las vacunas.