En el caso de las personas mayores y los enfermos crónicos, se recomienda evitar las salidas al exterior en la medida de lo posible. Y si fuese necesario, emplear prendas de abrigo preferiblemente resistentes al viento y la humedad. Se recomienda prestar especial atención a la cabeza (gorro), cuello (bufanda), pies (calzado resistente al agua, calcetines de algodón y lana) y manos (guantes o manoplas).
Las personas mayores tienen que extremar la precaución con el hielo, empleando calzado con suela antideslizante. Hay que tener presente que un elevado porcentaje de lesiones relacionadas con el frío tiene que ver con caídas al resbalar sobre placas de hielo.
Para aquellas personas que se vean obligadas a trabajar al aire libre o que quieran realizar actividades deportivas en el exterior, hay que tener en cuenta que el frío supone ya de por sí una sobrecarga para el corazón. En caso de tener que realizar un trabajo físico bajo el frío, debe hacerse con precaución, suavemente, procurando no agotarse, especialmente si se sufre a lguna dolencia de tipo cardiorrespiratorio o hipertensión.
En lo que respecta a la alimentación, se recomienda hacer comidas calientes que aporten la energía necesaria y proporcionen además calor (legumbres, sopas, etc.) pero manteniendo una alimentación variada que incluya también el resto de alimentos (verduras, fruta, pan o cereales, leche, pescado, carne, huevos, etc). A lo largo del día y antes de acostarse se recomienda tomar una taza de alguna bebida caliente (caldo, cacao, té, leche) para ayudar a mantener la temperatura corporal durante la noche.
Y otra de las recomendaciones a tener en cuenta es vigilar en todo momento las estufas para evitar incendios en caso de que sean de leña,carbón o gas, y riesgos de intoxicación. Es muy importante asegurarse de su adecuado funcionamiento.