Este tipo de otitis se produce por la combinación de una pequeña lesión en el oído y factores ambientales como la humedad, provocada normalmente por los baños frecuentes en playas y piscinas.
Los síntomas más frecuentes de la otitis son picor, taponamiento de oído y pérdida temporal de audición, expulsión de líquido acuoso maloliente que sale del oído, dolor y sensibilidad en el oído, sobre todo al mover la cabeza.
Estos son algunos consejos para prevenir las otitis del bañista en verano:
- Utiliza tapones de cera o silicona antes del baño y si es posible también un gorro que te cubra las orejas
- Seca la parte externa de los oídos después del baño o la ducha
- Después de la infección evita que entre agua en los oídos al menos durante tres semanas
- No introduzcas bastoncillos higiénicos para eliminar la cera de los oídos.
En lo que respecta al tratamiento, se trata de combatir la infección (con antibióticos, siempre bajo prescripción médica), la inflamación (con antiinflamatorios) y el dolor, con analgésicos. Asimismo, para mitigar el dolor se recomienda aplicar calor seco junto al oído, mediante el uso de esterillas o una bolsa de agua caliente.
Para combatir la infección en muchos casos habrá que recurrir a un tratamiento antibiótico, que deberá ser prescrito por el médico.
Aunque resulte difícil en el caso de los niños, es muy importante que no se mojen el oído durante los quince días posteriores al inicio del tratamiento.
Si se tiene tendencia a contraer otitis externas y se produce entrada de agua en el oído, se recomienda administrar gotas óticas antisépticas.