Con el frío, los capilares sanguíneos se contraen, haciendo que llegue menos oxígeno y menos nutrientes a nuestras células cutáneas. Esto hace que nuestra piel empeore su aspecto y se retrase el proceso de renovación celular. Asimismo, cuanto más frío hace, menos grasa secretan las células sebáceas, con lo que la protección grasa natural de la piel también se pierde.
El frío también provoca que nuestra piel luzca más seca o apagada. Las zonas más sensibles van a ser las más expuestas, mejillas, labios, manos…
Los labios y las manos son especialmente vulnerables, son las primeras zonas en mandarnos una señal de socorro, se secan y agrietan. Tendremos que aplicar a menudo cremas o bálsamos que vuelvan a humectar la piel.
Esta es nuestra recomendación para los labios, si además de hidratar quieres prevenir y tratar las arrugas de esta zona: Lip Lift de Ioma. Un ratamiento voluminizador y corrector para los labios y su contorno. Hidrata, redibuja, redensifica los labios y alisa las arrugas finas y profundas de su contorno.
En lo que respecta al cuidado facial tendremos especial atención en la limpieza y en la hidratación.
La limpieza deberemos realizarla en dos pasos, lo que conocemos como una doble limpieza. El producto adecuado para las pieles normales con tendencia seca son los bálsamos, cuyas texturas se transforma de aceite a leche limpiadora en contacto con el agua. Y en segundo lugar tonificar la piel.
Estas son algunas propuestas:
Calm in Balm de Sensilis. Bálsamo limpiador apto para piel sensible y reactiva. Limpia en profundidad, eliminando incluso el maquillaje waterproof gracias a su fórmula compuesta por aceites en textura de cera fundente.
A esto le podemos añadir un exfoliante de grano muy suave una vez a la semana o un exfoliante enzimático. Como Soft Peeling de Ioma. Un Bálsamo en aceite exfoliante para la cara con una textura sin gránulos respeta la delicadeza de la piel. Al aplicarlo, su textura de bálsamo se fusiona con la piel para despegar las células muertas. Después se transforma en un aceite fino y cremoso que se adhiere a las impurezas y a las partículas de la contaminación que se eliminan así con el aclarado.
En cuanto a la hidratación, ya hemos hablado de que las texturas de nuestros cosméticos tienen que adaptarse, y como ya hemos comentado en esta época se deteriora la barrrera de la piel y tiende a la deshidratación.
Las texturas es importante que sean más hidratantes que en verano y no solo con activos acuosos como el ácido hialurónico. las texturas también tienen que ser más oleosas. Siempre adaptándolas al tipo de piel, pero teniendo claro que los activos tienen que se más hidratantes e incluso nutritivos en pieles más maduras.
Nuestra recomendación para incluir en tu rutina: el Aceite Beessential de Apivita. Este ligero elixir facial con propóleo y aceites esenciales de cítricos proporciona una mayor hidratación al mismo tiempo que acelera el dinamismo de la piel. Refuerza la barrera cutánea y mejora la renovación celular con aceites vegetales.
Tampoco tenemos que olvidarnos de las pieles de los más pequeños y las personas mayores que tienen tendencia a sufrir Xerosis (sequedad extrema de la piel). Ya que sus pieles son más susceptibles de presentar rojeces, escamas e incluso fisuras. Para estas pieles recomendamos la línea de Xemose de Uriage para las pieles extrasecas, pieles muy secas y con tendencia atópica.
Se trata de una gama de tratamientos emolientes para proporcionar a la piel la sensación duradera de máxima comodidad. Esta crema nutritiva y protectora alivia instantáneamente la sensación de picor que provoca el rascado debido a la sequedad y proporciona un confort duradero.
