La respuesta al ejercicio físico en la mujer es diferente a la del hombre. La masa muscular, la talla, la termorregulación, la capacidad respiratoria… Todas estas características marcan la diferencia entre hombres y mujeres. En el caso de estas últimas un aspecto al que hay que prestar especial atención es el suelo pélvico.
El suelo pélvico o periné está formado por un conjunto de músculos y membranas que «cierran» la parte inferior del abdomen. Su función es la de sostener la vejiga, el aparato genital interno (vagina y útero) y el recto. Su debilitamiento, por lo tanto, provoca desajustes en la posición de estos órganos, produciendo su descenso o prolapso y con él problemas de incontiencia, especialmente urinaria.
Los principales síntomas del debilitamiento del suelo pélvico son:
- urgencia y aumento de la frecuencia miccional
- incontinencia
- sensación de vaciado incompleto después de orinar
Para hacer un diagnóstico es necesario realizar una exploración ginecológica que incluya una ecografía ginecológica, una analítica de orina y un estudio urodinámico.
Desde la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), advierten que tienen más riesgo de padecer debilitamiento de suelo pélvico las mujeres que hayan tenido varios partos vaginales y bebés de gran tamaño; mujeres con cirugías vaginales previas, menopáusicas, fumadoras, diabéticas, obesas, con estreñimiento crónico y con factores genéticos que condicionan una mayor debilidad de los tejidos.