«Piel sensible» (PS) es un término que se acuño hace ya 50 años. Consiste en una sensación de malestar facial y/o corporal que se puede manifestar como ardor, picor, o escozor e inflamación.
En general, es más frecuente en mujeres que en hombres. También se asocia a términos como “piel intolerante” o “piel reactiva”, aunque «piel sensible» es el más utilizado. En este sentido, es muy frecuente confundir la piel intolerante y reactiva con la alergia a cosméticos, que es distinta, ya que suele mejorar drásticamente al retirar el producto causante.
El problema que nos encontramos es que la reacción en la piel en un primer momento suele ser la misma y eso nos confunde. Enrojecimiento, picor e inflamación. El síntoma es muy similar pero la razón que lo origina puede variar. La inflamación sobre todo la encontraremos en rosáceas, eccema, o incluso acné rosáceo.
Por ello, es muy importante identificar qué nos provoca exactamente esta sensibilidad en la piel para poder tratarla después.
Las personas que nos dedicamos al cuidado de la piel sabemos que cada piel es única. En el cuidado en general, la pauta para una persona no tiene porque ser lo ideal para otra, y en las pieles sensibles mucho menos.
La piel sensible puede ser una característica con la que hayamos nacido o bien la podemos adquirir temporalmente. Los cuidados van a ser distintos.
Rutinas y cuidados para la piel sensible
Si hemos nacido con una piel sensible, tendremos que evitar los cosméticos con perfume, dado que pueden provocarnos enrojecimiento, picor, ardor o exceso de sequedad. Deberíamos escoger productos con ingredientes calmantes y formulados específicamente para este tipo de piel.
Los cuidados serán básicos, pero es importante no olvidarnos de ellos. Ya que con una piel sensible sin cuidar y tratar con el tiempo puede ir agravándose y por lo tanto desarrollar diferentes patologías que pueden ser recurrentes en largas temporadas.
Limpia tu piel con productos suaves, evitando aquellos que sean astringentes. A pesar de que podamos pensar lo contrario, la exfoliación también es imprescindible. Cuando la humedad cae por debajo del nivel óptimo, la piel se seca más y las células muertas se acumulan en mayor medida evitando que el producto hidratante o calmante que vayamos a aplicar después penetre perfectamente.
Nuestra recomendación en estos casos es Calm Soft Peeling de IOMA 4. Un bálsamo que se fusiona con la piel para despegar las células muertas y se transforma en un aceite fino y cremoso que se adhiere a las impurezas y a las partículas de la contaminación que, de esta forma, se eliminan con el aclarado.
Después de la limpieza, no te olvides de la hidratación. Con activos calmantes debe ser diaria, mínimo una vez al día.
Cuando la sensibilidad de la piel es temporal, los cuidados son otros.
Con el frío, el estrés o la falta de sueño, la piel puede empezar a resentirse, apareciendo picor y enrojecimiento. En los dos últimos años, el uso continuado de la mascarilla también ha empeorado la situación de las pieles sensibles.
Otro de los factores que puede desencadenar la sensibilidad de la piel es el descenso de la humedad ambiental, habitualmente producida por las calefacciones. Se recomienda compensarla con el uso de humidificadores.
Con el frío y los contrastes de temperatura, tenemos que adaptar nuestro cuidados de la piel, lo mismo que adaptamos nuestro vestuario.
Es imprescindible que a nuestra crema de uso diario, previo a su aplicación, le sumemos un serum que contenga, entre otros activos, ácido hialurónico o fórmulas que además contengan antioxidantes de esa manera nos aseguraremos de que nuestra piel no se marchite y pierda brillo, manteniendo los niveles de hidratación.
También encontramos esos serum en formato de textura aceites que además nos aportarán un extra de nutrición, así como mascarillas, etc.
No olvides que lo mejor es analizar cada caso y hacer un plan de cuidados a medida. Si quieres un planteamiento personalizado del cuidado de tu piel visita nuestras farmacias Sanifarma y encontrarás profesionales que pueden adaptar perfectamente el cuidado a tus necesidades.
En las farmacias Sanifarma te ofrecemos un servicio de asesoramiento dermocosmético personalizado en el que analizamos tu piel y te proponemos el tratamiento más adecuado en tu caso. Puedes ampliar la información en este enlace.